Cuando alguien escucha el nombre de Valverde de los Arroyos automáticamente piensa en el Pico Ocejón, en los pueblos de la Arquitectura Negra o en las Chorreras de Despeñalagua, pero en Valverde hay muchas otras rutas recomendables e igualmente impresionantes como la que recorre el paralelo valle vecino del Río Sonsaz, la que llamaremos VUELTA AL SONSAZ.
Guiados por nuestro guía local, José María, gran experto y conocedor de la zona, que por cierto anda más que un galgo, partíamos a las 8 de la mañana como un reloj desde el parking de turistas de Valverde de los Arroyos por la pista que sube hacia Zarzuela de Galve y que se desvía de la carretera nada más salir de Valverde.
Subiendo por la pista y mirando atrás vemos el gran macizo que forma el Pico Ocejón. Retamas con un amarillo muy vivo, cantuesos bailando con el viento de la mañana y esos maravillosos tonos violáceos nos iban a acompañar todo el día.
Coronando el cruce, por el que a la izquierda se iría a la tradicional ruta que sube a las Piquerinas, seguimos recto para ir en descenso hacia el Puente de Robledo.
Este tramo es una pista frondosa por momentos que nos deja en la parte baja donde nos cruzamos ya con nuestro amigo el Sonsaz. Una pared caliza justo sobre el puente hace de este lugar un punto muy fotogénico. Cruzábamos el puente, no sin antes parar a hacer fotos y beber agua, para proseguir por una pequeña cuesta que nos iba a llevar a la zona donde se ubican las Casillas de Robledo. Ojo en este tramo porque hay una pequeña curva a derechas y después a izquierdas casi al llegar a la aldea que hay que tener en cuenta para no despistarnos.
De repente, aparecíamos como si fuera magia en una pequeña aldea de pastores, las Casillas de Robledo. Parece mentira que en ese punto pudiera vivir gente, tan al fondo del valle, tan lejos de todo. Quizás eso es lo bueno, estar lejos de todo. En este punto, nuestro guía local nos contaba detalles sobre el lugar y sobre las cumbres cercanas como por ejemplo la que se asoma enfrente que es el Cerro del Campo.
Aprovechamos a hacer el primer tentempié del día sentados sobre unas rocas que se asomaban al abismo bajo los pies, el Valle del Sonsaz. La situación de la aldea recuerda a otras de la zona como puede ser La Vereda, en el entorno del Embalse de El Vado. Enfrente de nosotros se ven enormes robles que a buen seguro llevan muuuucho tiempo allí.
EL DÍA PROMETÍA
Hasta aquí llegaría lo que sería la ruta normal para no iniciados ya que en este punto volverían por donde han venido regresando a Valverde pero la ruta que nos tocaba era circular y no llevábamos ni una tercera parte. ¡Íbamos a ir hasta el final del valle!

Vistas de la aldea desde el sendero que se aleja de ella hacia lo alto del valle
Continuaba nuestra ruta en dirección Oeste saliendo por la parte alta de esta aldea y a través de unas retamas para proseguir por un sendero que poco a poco iba pegándose a unas rocas y elevándose con respecto al río.
En un momento determinado llegamos a un pequeño cruce por el que se desvía un sendero que luego íbamos a coger de nuevo al volver pero que todavía no tocaba y es que íbamos a ir a ver unas formaciones rocosas impresionantes llamadas Los Surcos. A unos 2,5km de este cruce remontando el valle están estas formaciones realmente impresionantes, y no menos impresionantes las vistas que nos regala el camino hasta ellas.
Una vez visitado este enclave geológico volvíamos sobre nuestros pies para regresar al cruce de antes. Llevaríamos unos 12km más o menos y el galgo que nos guiaba sabía que se nos iba a ir la ruta en horas respecto a lo previsto.
En este cruce se desciende para cruzar por un puente con tres maderos enormes el Río Sonsaz, con bastante agua por cierto.
Al cruzar el puente hay que tomar un sendero que asciende enfrente justo y que nos llevará hasta una pradera desde la que se ve el imponente valle de La Fragüela. Una de las mejores vistas de la jornada sin duda alguna.
Al bajar de la pradera, tocaba saltar otro arroyo y esta vez no había puente. Se puede saltar con cuidado de no mojarse mucho aunque unas risas cayeron al pasarlo (nunca sabes si el pie va a apoyar bien o si vas a caer al río y meter toda la zarpa en el agua).
Con unas cuantas horas a las espaldas y unos pocos kilómetros en las piernas nos disponíamos a remontar la montaña para pasar junto a robles centenarios con nombres tan sugerentes y bien puestos como «El Abuelo» o «La Abuela» que habíamos visto desde el otro lado del río esa misma mañana. Una cuesta por una gran pradera, un sendero perdido por las gayubas y el tramo penúltimo por canchales de roca hacen de esta ruta un MUST en toda regla. Tiene de todo, vistas, paisaje, naturaleza, canchales de roca, aventura por momentos…
Almorzábamos sobre unas rocas en el penúltimo de los tramos antes de pasar el último gran canchal y tomar la pista que a media ladera aparece justo en el punto donde se comienza a subir Las Piquerinas. ¡Habíamos cerrado el círculo!
Para finalizar esta maravillosa jornada senderista, justo después de ese cruce parte una pista por la derecha que se adentra en Valverde por una zona de parcelas y que aparece justo en lo alto del parking donde teníamos el coche. ¡Las 4 de la tarde nos habían dado casi sin enterarnos!
Y como no podía ser de otra manera, las cervecitas al final de la ruta nos las tomamos en uno de los establecimientos abiertos de Valverde de los Arroyos. En este caso fue en un hostal que hay a la entrada del pueblo llamado Hostal Valverde donde nos comimos unos choricitos y unas raciones de huevos con jamón. ¡Cómo sienta la birra al acabar de andar tanto!
Continuando con la pedazo de ruta por el barranco del Río Sonsaz tan bien relatada por mis amigos de @SenderismoGuada, hoy aporto mi punto de vista de una caminata inolvidable con unas cuantas anotaciones en mi cuaderno de campo. ¡Parece que todavía huele a cantueso en mi cabeza! pic.twitter.com/C56eCH2HNv
— Cristina Toledano (@Crisjitina) June 12, 2020
Cristina comentaba sobre la ruta: «El destino elegido en esta ocasión, el valle del río Sonsaz no nos defraudó; muy al contrario, nos mostró la gran diversidad de paisajes que uno puede encontrar sin alejarse mucho de las rutas “mainstream”, buscando alternativas a los itinerarios más populares y que aportan un plus al viajero. En algo más de 20 kilómetros tuvimos ocasión de contemplar accidentes geográficos impresionantes, como los surcos o los Los canchales de piedra suelta y gayuba que descienden desde las Piquerinas y que aportan la sensación de estar metido de lleno en la montaña. Sin duda, una ruta para disfrutar de la naturaleza a tope y descubrir Guadalajara con los cinco sentidos.»
¿QUIERES HACER ESTA RUTA?
Primeramente hay que decir que son unos cuantos kilómetros, que la ruta no está marcada y que no es apta para no iniciados. Es necesario mapa o GPS con el track cargado de la ruta para poder seguirla sin dificultad. Sabiendo todo eso… os dejamos aquí debajo el mapa con el track de la ruta en Wikiloc para que lo disfrutéis como hicimos nosotros:
Víctor J Pascual
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