Conquistando las Piquerinas y el Cerro del Campo – Crónica de una ruta por el Norte de Valverde de los Arroyos

06:00 am. Suena el despertador. Es ahí cuando a veces dices… ¿pero dónde vas? Toca levantarse porque nos vamos a la zona de Valverde de los Arroyos y eso siempre es una buena noticia. Hacía tiempo que Jose María un buen amigo de mi padre, incansable y enamorado de su pueblo, nos propuso recorrer con él las laderas de la zona norte de Valverde de los Arroyos, esas que casi siempre escapan a las pisadas del turista y del montañero, que prefiere encaminar sus pasos hacia el famosísimo Pico Ocejón.

Amanecer en la zona del Pico Ocejón

Tras echar un café y una tostada en el Área de Tamajón llegamos a Valverde de los Arroyos poco antes de las nueve de la mañana. Aparcado el coche en el parking que se hizo para la cada vez más numerosa afluencia de turistas, nos disponemos a encontrarnos con Jose María en la plaza del pueblo. ¡Qué plaza más bonita tiene Valverde!

Ah, se me olvidó comentar que nos acompañaba una vez más en una ruta senderista nuestro gran amigo y geólogo leonés Rogelio, experto en minería y profundo conocedor de las rocas y de las matemáticas. Puede que os suene de otra crónica llamada «Traicionero Campachuelo«.

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08:45 am: comenzamos la subida hacia un paraje llamado Las Piquerinas. Una pista que nace un poco más abajo del parking de toda la vida nos comienza a elevar por las colinas que llevan al primero de los enormes promontorios rocosos de la jornada. Por el camino disfrutamos de unas vistas preciosas de las montañas vecinas con esas nubes que acarician las cumbres y de unas bonitas vistas sobre la localidad de Zarzuela de Galve. Las fotografías no hacen justicia a la belleza del momento.

Unas bonitas nubes de cima nos acompañaron en la subida hacia Las Piquerinas

Lo que al inicio es una cómoda pista se convierte después, al girar hacia la primera de las cumbres, en una manta de gayubas intercaladas con rocas y pedregales. Hacia la cumbre se va poniendo más difícil y las plantas dejan paso al pedregal. Parada a echar unas fotos y a que Octavio pruebe con el tirachinas, que a la postre quedaría perdido en la montaña. ¡Si alguien lo encuentra que lo diga!

Ya desde Las Piquerinas se tiene una vista espectacular de todo el valle

Tras asomarnos a esta primera cumbre de las Piquerinas no sin esfuerzo, menudo cuestón, el grupo de cuatro aventureros se encamina hacia la cumbre del Cerro del Campo. A veces la montaña engaña mucho, lo que desde abajo parece un simple collado, en la parte alta se convierte en un gran desnivel que de primeras es fácilmente salvable al haber vegetación baja de tipo cantuesos o pequeñas retamas, pero que más adelante nos hará progresar por la parte norte de estos promontorios rocosos no sin dificultad a la hora de plantar el pie.

Poco a poco las cumbres van tornándose más rocosas

Es muy importante que sepas que desde Las Piquerinas hacia el Cerro del Campo la progresión la debes hacer por la parte NORTE de estos grandes muros de roca ya que por la parte sur, la que da hacia Valverde, está llena de cortados de roca de varios metros. Existe la opción de ir coronando cada promontorio rocoso pero eso solo si eres un buen escalador. Para gente más mortal, mejor progresar por la zona norte.

Durante este paseo por las cumbres se nos abren valles preciosos como el del Sonsaz donde nos cuenta aventuras de la zona el incansable José María que durante toda la ruta nos salpica de anécdotas de la vida de la gente en sus años por estos valles de Valverde de los Arroyos.

Caminando tranquilos ya tras unas pocas horas de subida y de peleas con las rocas nos encontramos sobre la cumbre llana del Cerro del Campo. En realidad tiene su cumbre oficial hacia el norte, rodeada de esos majanos característicos de la zona pero la cumbre desde la que pudimos hacer esas fotos tan maravillosas es la que se asoma al valle de Valverde. ¡No nos extraña que sea uno de los pueblos más bonitos de España!

Cumbre del Pico Campo, la no oficial. Rogelio, José María, Víctor y Octavio

Tras hacer el almuerzo en la cumbre del Cerro del Campo y habiendo saludado a un paisano, el único que vimos en toda nuestra ruta, tomamos rumbo hacia las siguientes cumbres. Era momento de decidir por dónde bajar, si afrontar la gran pared de roca del Cillerete que nos llevara al Campachuelo, o girar a la izquierda y tirarnos por la colina hasta el valle que sube al Campachuelo. Esta segunda fue la opción elegida por el grupo ya que la primera conllevaba una o dos horas más de ruta y tampoco queríamos acabar reventados.

José María afrontando la bajada por los gayubares hacia el valle

De la bajada mejor no hablar, una bajada, no se, de 600 metros de desnivel, por una colina de gayubares y pedregales que se hace pesada hasta llegar al camino que sube hacia el Campachuelo y que a nosotros nos permitía bajar hasta Valverde.

Ya solo nos quedaba bajar por este sendero, ya más pisado, que se une con el del Ocejón y que nos deja a los pies de las eras de Valverde y que hacía finalizar nuestra ruta.

Una gran jornada de montaña con José María, Octavio, Rogelio y un servidor.

Espero que te haya gustado la crónica.

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